Avances tecnológicos: La aparición de las máquinas
significó una gran ruptura con las tradicionales formas de producción. Los
primeros avances técnicos fueron sencillos y baratos, aplicando los
conocimientos científicos y las fuentes de energía que ya se conocían, como la
hidráulica y el vapor.
Inventos como el torno de hilar y el telar hidráulico,
superaron las técnicas manuales y especializaron la mano obra. Sin embargo, el
invento que revolucionó la producción fue la máquina de vapor. Este avance se
aplicó a la minería, a los textiles y a los transportes, con la invención del
barco de vapor y el ferrocarril.
Nueva organización del
trabajo: La
producción industrial que reemplazó al taller y a la familia se concentró en
las fábricas. Estas eran espacios donde se combinaban las máquinas con los
obreros especializados asalariados, quienes se enfrentaron a un nuevo modo de
vida: un ritmo de trabajo con jornadas de doce a dieciséis horas diarias, en
muy malas condiciones, sometidos a la disciplina laboral del patrón, con bajos
salarios y el riesgo permanente de perder el empleo.
Las mujeres y los niños fueron empleados masivamente en las
fábricas y en las minas de carbón. Recibían menores salarios que los hombres y
vivían en condiciones inhumanas, con mala alimentación, trabajando casi sin
descanso y en pésimas condiciones higiénicas.
Urbanización: Las ciudades industriales crecieron
de manera desordenada, y se caracterizaron por los barrios obreros, muy pobres,
contaminados y con graves problemas de salubridad.
Estos centros urbanos ampliaron la demanda de
artículos y productos elaborados en el mercado británico. Por ejemplo, el
carbón se utilizaba como calefacción en los hogares.
Consecuencias de la Revolución
Industrial
Desde 1870, los países industrializados empezaron a explotar
nuevas fuentes de energía: el petróleo y la electricidad. Aunque el petróleo ya
se conocía, con la invención del motor de explosión comenzó a utilizarse como
combustible para el transporte. Permitió el posterior surgimiento de industrias
como el plástico y los productos sintéticos, así como el automóvil. La
electricidad fue remplazando al vapor y se empleó para la iluminación, las
comunicaciones y la industria química.
Tomado de: Santillana (2010). Hipertextos Santillana Sociales 8. p 15
No hay comentarios.:
Publicar un comentario